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¡Cicatrices del pasado!


¡Cicatrices del pasado!

¡Cicatrices del pasado! 

La memoria histórica es un poderoso instrumento político y social que moldea identidades nacionales, construye narrativas colectivas e influye en las relaciones sociales y políticas, sentando las bases para un futuro más justo y compartido. Sin embargo, la forma en que las sociedades eligen recordar y olvidar el pasado es un proceso complejo, cargado de tensiones y debates. En esta columna, exploro las diversas políticas de memoria implementadas en diferentes partes del mundo, analizando tanto sus similitudes como sus diferencias. 


Por: Jefferson Montaño Palacio
 
Esto nos ayuda a recordar, interpretar y transformar el pasado, como una respuesta a esta gran necesidad. 

Podemos ver en Suramérica que desarrollaron varios centros en honor a la memoria histórica: el caso de Argentina durante la dictadura militar (1976–1983) es paradigmático en términos de la lucha por la justicia y la memoria, jugando un papel fundamental las Madres y Abuelas de la Plaza de Mayo. La Ley de Punto Final y Obediencia Debida como intentos de amnistía dio lugar para la creación de los juicios por la verdad y la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas (CONADEP), sentando un precedente fundamental en la región. Por lo tanto, la persistencia de sectores negacionistas y la impunidad de algunos crímenes siguen siendo un desafío en este país. 

En Chile, han desarrollado una política de memoria más gradual y consensuada en donde la Comisión Rettin y la Comisión Verdad y Reconciliación Nacional fueron importantes pasos para reconocer las violaciones a los derechos humanos durante la dictadura de Pinochet (1973–1990). No obstante, la transición a la democracia y los desafíos persistentes en materia de memoria y justicia después de la figura de Pinochet siguen siendo controvertidos y la reparación a las víctimas ha sido un proceso lento. 

De hecho, para Colombia el conflicto armado interno ha dejado una profunda huella en la sociedad y la necesidad de una política de memoria integral que aborde las múltiples dimensiones de la violencia durante la dictadura militar conservadora de Rojas Pinilla (1946–1953). La Ley de Víctimas y Restitución de Tierras representa un avance significativo en la construcción de una memoria histórica colectiva. Asimismo, los avances y retos en la implementación de un Acuerdo de Paz estable y duradero han sido complejos, enfrentando numerosos obstáculos.

Europa, el paso de la historia: Alemania ha desarrollado una política de memoria ejemplar a nivel mundial. Luego del proceso de des-nazificación (1941–1945), la lucha contra el negacionismo y la construcción de una identidad nacional basada en la memoria histórica. La Ley de Reconciliación Nacional y el Recuerdo, la creación de lugares de memoria como el Memorial del Holocausto en Berlín, son ejemplos de cómo un país puede enfrentar su pasado y construir un futuro democrático. 

En Sudáfrica, la Comisión de la Verdad y Reconciliación (TCR) como un modelo innovador de justicia transicional es otro caso emblemático en cómo un país puede transitar hacia la reconciliación después de un conflicto de segregación racial y social tan profundo (1960-1994). La TRC promovió la confesión de los crímenes cometidos durante el Apartheid a cambio de amnistía, convirtiendo en un arco iris este Estado-Nación. 

Por otra parte, España ha tardado en abordar su pasado franquista mediante la Ley de Memoria Histórica, aprobada en 2007. Esta ley fue un paso importante para recuperar la dignidad de las víctimas de la Guerra Civil y el franquismo y eliminar los símbolos de la dictadura (1936–1939). Sin embargo, la implementación de esta ley ha sido lenta, enfrentando numerosas resistencias en torno a la exhumación de fosas comunes. 

Asia Cicatrices abiertas: encontramos el caso de Camboya perpetrado por los Jemeres Rojos que dejó una profunda herida en la sociedad (1979–1989). Los tribunales de los Jemeres Rojos han sido un intento por hacer justicia a las víctimas de este genocidio; además, los desafíos de la reconciliación nacional han sido criticados por su lentitud y por no juzgar a todos los responsables. 

El genocidio en Ruanda no se queda atrás. El caso de los tutsis ha sido uno de los más rápidos y violentos en la historia reciente (1994). Un sistema de justicia tradicional adaptado para juzgar a los perpetradores de los crímenes de lesa humanidad. La creación de los tribunales populares Gacaca y la Comisión Nacional para la Lucha contra el Genocidio han sido herramientas importantes, logrando hacer frente a la violencia y promover la reconciliación social. 

Por último, la memoria como construcción social y colectiva es de importancia a través de las narrativas, los símbolos, rituales, museos, monumentos, conmemoraciones y discursos públicos, en donde la memoria y la justicia, la relación entre la memoria y la verdad, la justicia y la reparación. Los diferentes modelos de justicia transicional son parte de cómo la memoria influye en la construcción de identidades nacionales, étnicas y sociales, en donde los mecanismos son las implicaciones para el presente y futuro.  

Las políticas sobre los procesos de memoria histórica han sido dinámicas y complejos a la vez, los cuales se construyen a partir de las experiencias de cada país. Se requiere la participación activa de la sociedad civil, las instituciones del Estado y organismos internacionales. Si bien existen diferencias significativas en la forma en como cada sociedad aborda su pasado, también hay elementos comunes que pueden servir como inspiración para otros. La justicia, la verdad, la reparación y la reconciliación son pilares fundamentales para constituir una sociedad más justa, equitativa y democrática.


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