El arte de Diego Luis Mañunga Balanta: un viaje entre raíces y modernidad

En el corazón del Cauca, donde el aroma de la caña de azúcar se mezcla con el eco de las tradiciones ancestrales, nació Diego Luis Mañunga Balanta. Su llegada al mundo fue una sorpresa, un regalo doble que su madre no esperaba: gemelos. Desde entonces, su vida ha sido un viaje entre dos mundos: el de sus raíces afrocolombianas y descendientes de personas africanas y el de la modernidad.

Por: Jefferson Montaño Palacio

Diego Luis nació en una hacienda de un ingenio azucarero en el Cauca. Su llegada al mundo fue una sorpresa, ya que su madre tuvo gemelos. Sus padres, Arúl Mañunga Posu y Rosa Nelly Balanta Peña, se trasladaron al corregimiento de Yarumales, departamento del Cauca, donde Diego Luis creció junto a su hermano gemelo, Jhon Henner Mañunga Balanta, y su abuela materna, Rosa Elena Peña.

Desde pequeño, Diego Luis estuvo rodeado de arte. Su padre pintaba murales y tallaba esculturas de raíces de árboles que encontraba a su paso, mientras que su madre pintaba sobre cerámica y telas tomando el fresco en la hacienda. Estas influencias fueron las pinceladas que inspiraron a Diego Luis a desarrollar su talento artístico.

Tras culminar la secundaria, ingresó a estudiar diseño gráfico, lo que le permitió conocer de cerca el dibujo y las herramientas digitales. Sin embargo, su espíritu artístico lo llevó a matricularse en el Instituto Departamental de Bellas Artes en Cali, donde desarrolló su carrera como maestro en Artes plásticas.

Su camino para convertirse en artista estuvo lleno de cursos y experiencias que marcaron su carrera. Hoy, es uno de los jóvenes más destacados de su departamento e invita a otros jóvenes a encontrar en el arte una forma de sentir y contar sus historias de vida. A través de sus obras, talleres y charlas, busca inspirar a otros a seguir creando e investigando sus raíces.

Una de sus obras más destacadas, y que sirvió como tesis de grado, es "Rescatando las prácticas ancestrales del tejido en Padilla, Cauca". En ella, Diego Luis se convierte en la voz de las mujeres de su pueblo, quienes a través del tejido y las fibras naturales como la hoja de iraca o el cincho (calceta de plátano) transmiten sus historias y tradiciones.

Con estos insumos, en sus obras, Diego Luis, los materiales que utiliza, los colores, las texturas. Permite que el lector "vea" y "sienta" su arte, el cual ha creado obras y esculturas de cuerpos que simbolizan la lucha que enfrentaron sus ancestros durante la esclavización. Su arte, es un homenaje a su pueblo y a sus raíces, y una invitación a la reflexión sobre la historia y la identidad.

Las manos de este joven caucano como Diego Luis se mueven con delicadeza entre las fibras de la hoja de iraca, transformándolas en figuras que cuentan historias de lucha y resistencia. Sus esculturas, que evocan cuerpos marcados por el trabajo y el dolor, son un homenaje a sus ancestros y a las mujeres de su pueblo, quienes han transmitido de generación en generación el arte del tejido. Su arte es una forma de darle voz a su comunidad, mostrando la riqueza de nuestra cultura y de mantener vivas nuestras tradiciones.