El año más letal para periodistas en tres décadas
La
Federación Internacional de Periodistas (FIP) ha dado a conocer su 34º informe
anual sobre periodistas y trabajadores de los medios asesinados en 2024,
revelando cifras estremecedoras. Un total de 122 periodistas fueron
asesinados en distintas partes del mundo, superando el récord de 113
muertes registrado en 2007, cuando la guerra en Irak hizo estragos en la
prensa. De este total, 14 eran mujeres, lo que pone en evidencia los
riesgos adicionales que enfrentan las reporteras, especialmente en zonas de conflicto
o bajo regímenes represivos.
Por:
Isabel Cortés
A
este escenario se suma otro dato preocupante: el número de periodistas
encarcelados ha aumentado un 30% en comparación con el año anterior,
pasando de 393 en 2023 a 516 en 2024. Este incremento no es una cifra aislada,
sino la confirmación de un deterioro global de la libertad de prensa, donde la
censura gubernamental y la persecución de voces críticas se han convertido en
prácticas sistemáticas.
Gaza:
el epicentro de la violencia contra la prensa.
Si
hay un lugar donde el periodismo ha pagado un precio desgarrador, ese es Gaza.
En este pequeño territorio de 360 km², 64 periodistas fueron asesinados en
2024, lo que representa casi el 50% de todas las muertes de periodistas
registradas en el mundo durante el año. Desde el inicio de la guerra, 152
comunicadores han perdido la vida, lo que ha convertido este conflicto en
la mayor tragedia para la prensa en la historia moderna.
La
FIP ha denunciado que el ejército israelí ha atacado deliberadamente a
periodistas, reuniendo pruebas para presentar denuncias ante la Corte
Penal Internacional (CPI). Como resultado, se han emitido órdenes de
arresto contra líderes de Israel y Hamás, incluidos el primer ministro Benjamín
Netanyahu y el ministro de Defensa, Yoav Gallant, bajo acusaciones
de crímenes de guerra.
Asia-Pacífico:
un alarmante incremento de asesinatos.
La
región de Asia-Pacífico también ha sido testigo de un inquietante aumento de
ataques mortales contra periodistas. En 2024, 22 comunicadores fueron
asesinados, lo que representa un aumento del 83% con respecto al año
anterior. Entre los países más afectados se encuentran:
Pakistán: seis de los siete periodistas asesinados fueron blancos de ataques perpetrados por sicarios. India: tres periodistas fueron víctimas de ataques dirigidos. Bangladesh: cinco periodistas murieron, tres de ellos mientras cubrían protestas prodemocracia.
Este
incremento refleja el creciente clima de hostilidad contra la prensa en
naciones donde la democracia y el Estado de derecho se encuentran en peligro.
Latinoamérica:
una leve reducción, pero la impunidad persiste.
En
América Latina y el Caribe, los asesinatos de periodistas registraron una
ligera disminución: nueve muertes en 2024, frente a once en 2023. Sin
embargo, México sigue siendo el país más peligroso para el ejercicio del
periodismo, con cinco comunicadores asesinados en el año.
El
problema no es solo la violencia, sino la impunidad: el 95% de los
crímenes contra periodistas en México quedan sin resolver. En Colombia,
aunque los asesinatos han disminuido, las amenazas y agresiones han aumentado,
con más de 500 violaciones a la libertad de prensa documentadas en 2023.
África
y Europa: conflictos olvidados y la guerra en Ucrania.
En
África, la situación también es grave, con diez periodistas asesinados en
2024. La crisis en Sudán se llevó una de las peores partes, con seis
muertes registradas entre comunicadores que cubrían el conflicto.
En
Europa, la guerra en Ucrania continúa siendo letal para la prensa.
Cuatro periodistas fueron asesinados en 2024, víctimas de bombardeos o
ejecuciones durante traslados forzosos. Además, 43 periodistas freelance
murieron en distintas partes del mundo, lo que representa más de un tercio
del total de muertes en el sector. Muchos de ellos trabajaban sin
protección, seguros o redes de apoyo que garantizaran su seguridad y la de sus
familias.
El
aumento de periodistas encarcelados: la otra cara de la represión.
El
asesinato no es el único método de silenciar a la prensa. En 2024, 516
periodistas fueron encarcelados en el mundo, un récord histórico. Y estas
cifras podrían ser mucho mayores, ya que en países con regímenes represivos la
información sobre detenciones arbitrarias es escasa.
China,
Turquía, Egipto y Rusia figuran entre los principales responsables de estas
persecuciones, sometiendo a periodistas a procesos judiciales irregulares y
negándoles el derecho a una defensa justa.
Un
llamado urgente a la comunidad internacional.
Ante
esta crisis global, la FIP insiste en la necesidad de adoptar una Convención
de la ONU para la protección de periodistas, un mecanismo que podría ayudar
a frenar la violencia y garantizar justicia para las víctimas. La libertad de
prensa está bajo asedio, y sin medidas efectivas, el periodismo seguirá siendo
una profesión de alto riesgo.
El
2024 ha sido un año devastador para el periodismo, pero también nos deja una
lección urgente: no podemos mirar hacia otro lado. Cada periodista asesinado es
una voz silenciada, un derecho vulnerado, una historia que nunca será contada.
La comunidad internacional tiene la obligación moral de proteger a quienes
arriesgan su vida por la verdad.
Pero
cuando la prensa es atacada, es la sociedad entera la que pierde.
Informe completo en inglés: IFJ Killed List Report 2024
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